René Lalique. Joyero, maestro vidriero, artista integral.

René Lalique. Joyero, maestro vidriero, artista integral.

René Lalique creó joyas y objetos de arte únicos. Desarrolló, además, técnicas industriales para producir masivamente objetos de vidrio artístico a una escala y un costo que posibilitaron a círculos sociales cada vez más amplios acceder a ellos. Patentó novedosos procesos de fabricación del vidrio y varios efectos técnicos como el “satinado Lalique” o “el vidrio opalescente”.

La excelencia de sus creaciones y el exquisito gusto que imprimía a sus obras, le valieron encargos para la decoración interior de barcos, trenes –entre ellos, el famoso Expreso de Oriente- e iglesias como la de San Nicasio de Reims.

René Lalique fue el primero en esculpir el vidrio para grandes obras monumentales, como las puertas del Hotel Alberto I de París o las fuentes de los Campos Elíseos.

 

 

René Jules Lalique, nació en 1860 en la región francesa de Marne. A los 16 años es posible encontrarlo en calidad de aprendiz junto al joyero Louis Aucoc –quien era entonces reconocido entre los joyeros líderes de París-. Ello brindó a René una oportunidad perfecta para interiorizarse en la producción y el diseño de joyas. Lalique también estudió en la Escuela de Artes Decorativas de París, y asistió a la universidad en Londres. 

Al regresar a París, trabajó como diseñador independiente para firmas de joyería francesas, incluidas Cartier y Boucheron entre otras, y también para una amplia lista de clientes privados. En 1886 había comenzado a trabajar en su propio taller, donde creó algunos de sus diseños de joyería más famosos, y donde profundizó en la experimentación y uso del vidrio.

                                   

 

Joyas. Diseños exquisitos

La principal inspiración de Lalique a la hora de diseñar sus joyas era el mundo natural, no sólo el de la campiña francesa, sino también el representado en el arte japonés. Incorporó a sus joyas materiales que no solían utilizarse en su época para la alta joyería, tales como vidrio, perlas, piedras semipreciosas, esmalte y marfil, convirtiendo así a sus creaciones de joyería en verdaderas obras de arte. Una de las características de sus diseños, es la figura femenina metamorfoseada en animales y en seres fantásticos.

 

                                     

 

A finales de 1900, René Lalique fue reconocido como el mejor joyero de su época y como un artista decorativo de primer orden. 

Diseñando en el mundo de la joyería, Lalique experimentó cada vez más con el vidrio: con el correr de los años, creará una amplísima variedad de objetos - frascos de perfumes, jarrones, jarras, lámparas, colgantes, paneles, fuentes y adornos, entre muchos otros -.

Durante la Primera Guerra Mundial, la fábrica de vidrio de René Lalique produjo muchos artículos de uso que la guerra en curso hizo necesario, incluidas botellas de vidrio simple y contenedores para hospitales y medicamentos.

Frascos de perfume

 

A principios del siglo XX, la incorporación de aceites sintéticos a la producción perfumística, posibilitó la producción de fragancias a nivel  masivo.  En 1908 René Lalique diseñó las primeras etiquetas de los frascos de perfume para Francois Coty, y luego los frascos en sí, transformando la estética del negocio de perfumes para siempre. René Lalique se convirtió en el principal diseñador y fabricante de frascos de perfume, para decenas de empresas. 

Si bien los primeros diseños de Lalique para Coty fueron hechos por Legras Glassworks, comprará una fábrica de vidrio en la ciudad de Combs la Ville en 1913, lo cual confirmó su transición desde diseñador y fabricante de joyas, a diseñador y fabricante de objetos de vidrio.

 

  

 

 

 

Jarrones

                         

Quizás las obras más conocidas y deseadas de René Lalique son sus maravillosos jarrones de vidrio. Ya en 1898, es posible hallar la imagen de un jarrón de Lalique en una publicación de la época. El siguiente jarrón de vidrio documentado data de 1909 y se encuentra en la colección del Museo de Artes Decorativas de París. 

En el transcurso de las siguientes tres décadas, Lalique creó a una increíble variedad de diseños de jarrones, en los cuales es posible percibir la transición desde el estilo art nouveau – inspirado en el mundo natural-, hasta el estilo y los diseños geométricos del art déco,  moldeados desde mediados de la década de 1920 hasta el comienzo de la Segunda Guerra Mundial.

 

Adornos para automóviles

Los adornos para capó de René Lalique son los más buscados no solo por los coleccionistas de Lalique, sino también por los coleccionistas de vidrio en general y los coleccionistas de automóviles antiguos. Los autos más lujosos de la época contaban con uno de estos adornos. 

 

Cire perdue

Algunos de los jarrones de vidrio cire perdue, se encuentran entre los legados perdurables de los logros artísticos y técnicos de René Lalique. Fueron realizados tallando primero el diseño en un bloque de cera; luego se formaba alrededor de él un molde de yeso o arcilla y se dejaba secar. De ese modo se imprimía el diseño del modelo de cera en el interior del molde, y una vez que el molde estaba seco, se calentaba para derretir la cera que se dejaba salir del molde: de allí el nombre cire perdue, es decir, "cera perdida". Una vez que se quitaba la cera, el molde solo podía usarse una vez.  Esta técnica permitió a Lalique crear objetos que sólo podían lograrse con un molde factible de romperse suavemente. Los jarrones Lalique Cire Perdue son casi inhallables, y más aún, en buenas condiciones.

                                     

 

Arquitectura

René Lalique diseñó los grandes ventanales para el edificio Coty en la Quinta Avenida de la ciudad de Nueva York. A Lalique le fue encargado, además, el diseño de los interiores de los famosos vagones – comedor del ferrocarril Expreso de Oriente. También proporcionó las puertas para el Palacio Imperial del Príncipe Asaka, el cual es hoy el Museo de Arte Metropolitano de Tokio.

                                      

Últimos años

La Segunda Guerra Mundial cerró la producción principal y la mayor parte del negocio de René Lalique, quien murió en mayo de 1945 en su casa, en París. Días antes de su muerte, recibió la noticia de que su fábrica de Wingen, en Alsacia, había sido salvada por las tropas aliadas, y que sus valiosos moldes se hallaban intactos.   

 

Lalique hoy

 

 

Hoy en día, la producción de René Lalique, es muy buscada en muchos campos del coleccionismo. Las casas de subastas, las colecciones de museos y las exposiciones aumentan el mercado privado de las creaciones de este prolífico artista. Las bellísimas obras de René Lalique florecen, y permanecen.