Michael Thonet y la silla número 14
La silla Thonet, en honor a su creador, una de las sillas más admiradas de la historia del diseño industrial, por el confort, sencillez de recursos y diseño.
Aunque han pasado más de ciento cincuenta años desde su invención en 1859, la silla número 14 –usualmente conocida como silla Thonet, en honor al nombre de su creador- mantiene aún un aspecto muy actual, y es una de las sillas más admiradas de la historia del diseño industrial, tanto por el confort que brinda, como por la sencillez de recursos utilizados en su fabricación, y por su excelente diseño.
Charles Le Corbusier, uno de los más claros exponentes de la arquitectura moderna, dijo acerca de ella: “Nunca se ha creado algo tan elegante, tan bien ideado, con tan precisa ejecución, y tan práctico”. De hecho, todos los componentes de una silla Thonet son seis piezas de madera, dos tuercas, y diez tornillos.
En virtud de la simpleza y elegancia de su diseño, la silla nro. 14 obtuvo en 1867 un reconocimiento a nivel internacional, al ser premiada con la medalla de oro de la Exposición Mundial de París. A partir de entonces, su popularidad no dejó de crecer, siendo considerada uno de los productos industriales más vendidos del siglo XIX. Aún se la llama la «silla de sillas» y continúa en producción.
El ebanista innovador
Michael Thonet nació en la pequeña ciudad de Boppard, Alemania, en 1796. Virtuoso e inquieto artesano, creó su propio taller en el año 1819, donde perfeccionó su técnica de curvado de la madera de haya europea –su material preferido-.
En una época en la cual la figura del diseñador no había surgido como tal, Michael Thonet comenzaba a ser considerado como un “constructor de muebles”. Tanto así, que algunas de sus innovaciones lo han transformado en un importante referente dentro de la historia del diseño industrial.
¿Cuáles fueron esas innovaciones?
La primera de ellas es la técnica de curvado de la madera con vapor, procedimiento que fue perfeccionando con el paso del tiempo. El método de fabricación ideado por Thonet hacía uso de varas de madera de haya calentados a 100°C y prensados en moldes de hierro. Como último paso, las piezas se secaban a una temperatura de aproximadamente 70°C durante un día. Con este procedimiento, Thonet obtuvo piezas livianas, lo cual era esencial para lograr un producto fácil de transportar y cómodo para el usuario final.
La segunda innovación, fue la introducción de un sistema de producción en serie que no requería operarios cualificados. De tal forma, la firma Thonet produjo sillas de rápido montaje y económicamente muy asequibles.
Michael Thonet fue, también, un precursor en la optimización de los envíos, al crear un diseño especialmente ideado para que el producto pudiera transportarse de la forma más eficiente posible. El secreto para que la silla número 14 llegara fácil y económicamente a todos los rincones del mundo fue que en una sola caja, de un metro cúbico, podían ser almacenadas 36 sillas desarmadas, para ser ensambladas luego, al llegar al punto de venta. El sistema que actualmente conocemos como Ikea reconoce, pues, su punto de origen en esta genialidad creativa de la silla Thonet.
La silla Thonet: un ícono de las artes y el diseño
La silla Thonet aparece en la obra de Henri Toulouse-Lautrec, formando parte del mobiliario del mítico Moulin Rouge; ha estado presente también en filmes de Charles Chaplin, y de Bob Fosse: Liza Minelli baila, en Cabaret, rodeada de sillas nº14.
Así mismo, la silla Thonet tuvo gran influencia en escuelas como Bauhaus o De Stijl, que buscaban crear objetos bellos, funcionales, sencillos y económicamente asequibles, que pudieran formar parte de la cotidianeidad de un cada vez más amplio mercado de usuarios.